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Sobre la importancia de bailar

Bailar es importante porque así las personas se conocen mejor que conversando. Bailando no hay manera de mentir; se sabe o no se sabe. Algunos lo hacen mejor que otros, los menos ni siquiera lo intentan. Bailar es un espacio de intimidad, un momento de miradas cómplices y abrazos disimulados en  movimientos improvisados.



Las mujeres que no bailan son las más aburridas, las que no tienen gracia. Gastar más palabras en ellas es un desperdicio.



Las mujeres que bailan son las más alegres y espontáneas, son las que no podemos recordar si no es con una sonrisa en la cara. Saben aprovechar las oportunidades, son fogosas y les gusta enamorarse. También les gustan los besos largos y sin lugar a dudas son las mejores en la cama.



Las mujeres a las que les gusta guiar quieren llevar el mando y tener el control de la situación. Bailan así porque así son en todos los aspectos de su vida. Ellas son las que buscan parejas para hacerlos cambiar, para convertirlos en modelos de vida según sus estereotipos. La mujer a la que le gusta guiar está equivocada.



Las mujeres que guían porque el bailarín es malo son decididas, capaces de soportar el mal ritmo de la pareja con tal de generar o mantener ese espacio íntimo y de complicidad del baile. Los hombres tienen que saber que siempre se puede bailar mejor, pero nunca peor. Si no están a la altura de las circunstancias tienen que dejarse llevar y aprender.



Bailar es importante al momento de enamorarse. Bailando no hay manera de mentir; se quiere o no. Por eso tantas personas se enamoran en una pista de baile.

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