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La importancia de enamorarse

Nadie puede decir a ciencia cierta cómo se enamoran las personas, es algo que simplemente ocurre y nunca es lo mismo aunque las personas sean las mismas. Hay gente que pasa años buscando enamorarse, acaso sin saber que en realidad es el amor el que lo encuentra a uno cuando menos se lo espera.


Los que buscan enamorarse están equivocados porque razonan demasiado. Sin darse cuenta preparan su mente para enamorarse de alguien que cumpla con ciertos requisitos y de esa manera aplican un filtro mental que opera de manera inconsciente. Como resultado, lo único que consiguen es reducir las posibilidades. Cuando conocen a una persona el cerebro automáticamente busca los indicios para saber si cumple o no con el requisito. Para enamorarse es necesario tener la mente abierta y no esperar nada de nadie, porque el enamoramiento no se razona, se vive.


Enamorarnos también nos lleva a hacer cosas que no haríamos en otro estado de ánimo. Lo que antes podíamos haber catalogado como inútil, irrisorio o estúpido, por causa del enamoramiento adquiere otro significado. Las caricias, las sonrisas, las miradas, todo tiene un nuevo significado cuando uno está enamorado.


Las prioridades también cambian. Lo que antes era importante, como llegar temprano al trabajo y evitar una sanción, deja de serlo. En su lugar el enamorado prefiere exponerse al despido con tal de pasar esos cinco minutos extra en la cama. Dentro de su romántica y nueva cosmovisión, el enamorado valora más esos tiempos que le roba a la vida.


Un hombre enamorado es un hombre despreocupado, ligero y de buen humor. Se puede caer un edificio, puede perder dinero, puede mancharse la ropa en el camino a una reunión, pero nada, nunca, será tan importante como no poder ver a la persona que ama.


A diferencia del hombre gris, el hombre enamorado recuerda lo que soñó la noche anterior. De pronto tiene grandilocuentes planes de futuro que incluyen viajes con escenarios extravagantes y cócteles de frutas, contraio al hombre gris que no escapa de la rutina, del trasfondo de oficina y de la misma cerveza insípida del bar de la esquina. El hombre enamorado acepta las bromas de sus amigos sin rencor alguno porque el hombre enamorado es un hombre feliz.


Siendo la vida un total y completo enigma para nuestra especie, enamorarse es una de esas cosas que ayudan a encontrarle sentido a nuestra existencia. Por eso es importante enamorarse, una y otra vez.

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