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Sobre la importancia de una sonrisa.

La sonrisa es, en definitiva, una mueca de los músculos del rostro que rodean la boca y los ojos. Para ser preciso, son diecisiete los músculos que se arquean para moldear una sonrisa. Demasiado, piensa uno en primera instancia, imaginando que solo ve moverse los labios. Pero no, resulta ser que una sonrisa es mucho más que eso.


Una sonrisa puede ser una epidemia de buen humor. Empieza con un portador que lleva encima un estado de ánimo jovial y con la risa a punto de explotar. La tentación está latente, los demás pueden sentirla, hasta que revienta y no para. No para, y en un punto el aire deja de entrar en los pulmones del que ríe, el ruido de la carcajada cesa pero la mueca continúa y las manos buscan dónde agarrarse o algo para golpear. Y así va pasando de una persona a otra generando una ola de risas, acaso uno de los mejores estados de ánimo.


La sonrisa, además, tiene el don de confundir a los desprevenidos, cuando es leve y de mueca débil. Una sonrisa profesional, la llamarían algunos. No sabemos si es aprobación, complicidad, o un total rechazo y negación. Para interpretar esta sonrisa es necesario aferrarse a la intimidad con el otro y al contexto del momento, pero siempre hay una sonrisa que nos hace pensar algo que no es. Por culpa de esta sonrisa es que no se forman parejas que podrían haber sido, o se deterioran las que fueron pero no deberían haber sido.


La sonrisa también enamora, cómo negarlo, cuando juegan con las muecas, cuando encandilan. Una sonrisa de una mujer alegre es capaz de domar al más feroz de los guerreros. Más que un arma, es una debilidad, y todo hombre tiene una como criptonita.


Pero la sonrisa, por sobre todas las cosas, cura. Porque nos quita los pensamientos de dolor y sufrimiento provocando una explosión de endorfinas en el cerebro. En el momento de reír no hay espacio en la mente para arrepentimientos o malos recuerdos. Por eso a la hora de enamorarse es importante elegir a esa persona que nos hace sonreír.

Nunca te olvides de sonreír porque el día que no sonrías será un día perdido. (Charles Chaplin)

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